¿Qué hay de más familiar que la imagen y el arte fotográfico? Sin embargo, esta misma familiaridad causa numerosos malentendidos, pretexto para juicios erróneos. El estudio —sin concesiones— que propone aquí Jean-Marie Schaeffer debe ayudar a salir de esta neblina. La imagen fotográfica tiene un estatus complejo: por un lado, y ante todo, es la huella dejada en una superficie sensible por el objeto que representa; por otro lado, como imagen, mantiene una relación análoga con la visión humana. Entre huella y analogía se tejen relaciones difíciles. De ahí algunos verdaderos y falsos problemas —por ejemplo, ¿cuál es la "objetividad" fotográfica?—. También surge la multiplicidad de usos de la fotografía y la diversidad, a su alrededor, de las estrategias de comunicación. El arte fotográfico es el arte de todos los peligros. Testifica la tentación permanente de construir la imagen según modelos pictóricos, de saturarla de estereotipos visuales y culturales. Como si la foto tuviera miedo de sí misma y de su especificidad: arte precario e irreductible, arte de la huella, indiferente a toda sobreinterpretación, arte profano que se limita a dar a ver. Con la Imagen precaria, la colección "Poética" abre su campo a todas las prácticas artísticas