En marzo de 2020 comencé a recortar figuras que encontraba en libros y revistas. En medio del confinamiento colectivo, me mudé a Barcelona, donde me encontré con otro tipo de confinamiento. Uno más profundo y emocional. Allí decidí hacer un libro y volví a encontrarme con estos recortes. Jugar con ellos se convirtió en un diálogo. Una forma de conectar dos toros y comenzar a darles movimiento. Este proceso de experimentación logró sacarme de ese lugar en el que estaba. Conectando el interior con el exterior. Como un camino. Not Street Photography es un pequeño segmento dentro de mi historia.