La imagen fotográfica convencional puede servir solo como punto de partida para una amplia variedad de procesos manipulativos especiales, produciendo imágenes impactantes con cualidades distintas que no se pueden alcanzar por otros medios. Con estos procesos, más allá del ámbito de la fotografía ortodoxa, cada impresión es especial a su manera: una obra de arte individual. Con su guía técnica clara, Jack Tait muestra cómo utilizar las ideas creativas sugeridas por los métodos para evolucionar nuevas formas y señala avenidas relativamente inexploradas para que el fotógrafo o artista experimente. Los métodos empleados incluyen litografía, serigrafía, grabado, tonificación, modificación de color, impresión múltiple combinada y fotocollage. Algunos de los resultados se han utilizado con fines comerciales como murales, papel tapiz, diseños de tela y de mesas, además de proporcionar impresiones originales para exposiciones.